domingo, 8 de diciembre de 2013

Buscando nieve en La Sagra

Ya se veía que mucha nieve no iba a haber
Ya no aguantábamos más. Como buenos diletantes en este tema de la nieve  ya teníamos nuestro equipo flamante y estábamos decididos a utilizarlo. Así que a pesar de que las noticias que nos llegaban a través los foros no daban ninguna seguridad de que hubiera nieve suficiente y por encima de que la webcam de Almaciles no enseñaba una Sagra totalmente invernal, confiando en nuestra buena suerte, Fran y yo nos dirigimos hacia La Sagra con crampones y piolets sin estrenar, en la esperanza de subir por El Embudo en un escenario digno del Yeti.
Al llegar a la base, ya se veía claramente que no iba a ser así. Estuvimos un rato dudando acerca de si cargar o no el piolet en la mochila porque se veía muy claro que la nieve era poca y que se podría subir como quien sube a la Cresta del Gallo, sin más protección que un poco de abrigo. En el aparcamiento de Los Collados, frente a la puerta de la valla, había ya muchos coches y no paraban de llegar más. Comenté en broma a unos que parecían montañeros experimentados si iban a coger el piolet y ante mi sorpresa me contestaron que en la mochila no pesa. Así que nosotros que no queríamos ser menos, también lo cogimos y comenzamos la ascensión rodeando la valla para evitar la travesura de saltar la puerta.
 
El Embudo es un lugar fantástico
El suelo de tierra estaba congelado y duro como si fuera de piedra. Y ya conocéis todos cómo es El Embudo, aún en la falda de la montaña cuando todavía hay sendero, pendiente se hace notar. Cuando llegamos a la base ya hay nieve, pero también hay muchos claros. Es una mala combinación porque el sol todavía no ha superado la cuerda y toda la ruta está en sombra, la tierra está helada y las rocas también. La nieve, a veces en polvo y te hundes al pisarla, pero otras está más dura que el cubito de un gin-tonic y resbala. No te puedes poner crampones porque los destrozarías contra las piedras, pero hay más de un tramo en los que se echan de menos. En ocasiones parece que hay suficiente nieve para hacer un trazado directo hasta la cima, pero también parecía una buena opción recorrer el camino en los acostumbrados zigzag que resultan mucho más llevaderos.
 
 
Llegando a la Piedra de Los Caramelos
 Afortunadamente, la meteorología sí nos fue favorable y no sopló ni una brisa, hasta el punto que yo subí con sólo una doble camiseta térmica y no pasé frío en ningún momento. Y como dicen los que creen en las visitas extraterrestres "no estamos solos" El Embudo está lleno de compañeros que sin duda también tenían esperanza de encontrar una Sagra copada de nieve. Nunca había visto a tanta gente subiendo a la vez. Cada grupo hacía su huella por donde le parecía más oportuno.
 
 
 
La pendiente de El Embudo impresiona vista desde arriba
Al llegar a la cuerda y salir de la sombra el clima era todavía mejor y nos dirigimos a la cima por el sendero que aún tenía alguna placa de hielo. Parecía la puerta del Sol en nochevieja, allí si que había gente y no paraban de llegar nuevos grupos y de partir los que ya habían almorzado. Como siempre las vistas eran espectaculares y en esta ocasión se podían apreciar con claridad las cumbres de Sierra Nevada repletas de nieve. 

 
 
La cumbre era una plaza mayor
 
Sierra Nevada
 Tras tomar un bocado y las fotos de rigor, comenzamos a descender desandando la cuerda en dirección este. Llegados a la entrada de La Pedriza dudamos si tomar esta como camino de bajada, pero las piedras congeladas no rodaban bien y la nieve salteada le restaban continuidad a cualquier trazado, sin contar con que cualquier placa de hielo podía mandarnos al suelo y más allá en cualquier momento. Así que creo que con buen criterio, optamos por probar el camino del Collado de Las Víboras que ninguno de los dos conocíamos.

La bajada por el Collado de Las Víboras, por la solana, es otra cosa
La ruta por el collado de Las Víboras es más larga pero puede llevar menos tiempo que intentar descender La Pedriza o el Embudo en unas condiciones de medio-nieve. Así lo confirmamos cuando al pasar bajo El Embudo nos encontramos con compañeros que habían comenzado a descenderlo por delante de nosotros y ahora los habíamos alcanzado.

No queda más que regresar al coche por el camino habitual y disfrutar de los placeres de la carne (de cerdo concretamente) propinándonos un merecido homenaje de colesterol puro a la brasa que lo teníamos merecido.

Y esta es la respuesta a la pregunta que corre por los foros de montaña "¿Cómo está la Sagra?" pues así está: mucha gente y poca nieve, pero sigue siendo una montaña preciosa.

Volveremos en enero cuando ya haya nieve para poder al fin estrenar el material.


Como de costumbre haced click sobre las fotos para verlas grandes.

No subo el track porque de estos ya hay muchos.

Buen camino.
Malpaso.

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